598. DIARIO DE MARĂA
Am Dm
Te miro a los ojos, y entre tanto llanto
G C
parece mentira que te hayan clavado.
F G Em Am
Que seas el pequeño al que he acunado,
Dm G C C7
y que se dormía tan pronto en mis brazos,
F G Em Am
el que se reía al mirar el cielo
Dm G C
y cuando rezaba se ponía serio.
Sobre este madero veo aquel pequeño
que entre los doctores hablaba en el
templo, que cuando pregunté, respondió
con calma que de los asuntos de Dios, se
encargaba.
Ese mismo niño, el que está en la cruz,
el Rey de los hombres, se llama Jesús.
Ese mismo hombre ya no era un niño
cuando en esa boda le pedí más vino.
Que dio de comer a un millar de gente
y a pobres y enfermos los miró de frente.
Río con aquellos a quienes más quiso,
y lloró en silencio, al morir su amigo.
Ya cae la tarde, se nublan los cielos,
pronto volverás a tu Padre Eterno.
Duérmete pequeño, duérmete mi niño,
que yo te he entregado todo mi cariño.
Como en Nazareth, aquella mañana,
'¡He aquí tu sierva, he aquí tu esclava!'