388. GETSEMANí
Después de la última cena se dirigía
a Getsemaní. Lloró lágrimas de
sangre y rezó a su Padre por ti y por
mí. Su corazón presentía que se
acercaba el triste final. Y el de las
treinta monedas con su locura pagó
su mal
Fue por ti que Cristo murió,
Fue por ti que Cristo lloró (bis)
En la mañana del viernes ante
Pilatos juzgado fue, y aquel se lavó
las manos y ordenó: “Crucificadle”
Pusiéronle una corona llena de
espinas sobre su sien, camino al
Monte Calvario que estaba cerca a
Jerusalén
Una gran cruz de madera sobre sus
hombros Jesús llevó. Insultos,
escupitajos, mil latigazos él soportó.
Y a sus pies y a sus manos filudos
clavos atravesó. Y la punta de una
lanza en su costado se le incrustó
Cuando a las tres de la tarde su
corazón dejó de latir, en el cielo y en
la tierra la furia eterna se hizo sentir.
Por el rostro de María rodaron
lágrimas de dolor. Él dijo regresaría
y al tercer día Resucitó.