A 

40. SALMO 41

Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R.

Cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R.

Envía tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R.

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R.